18 de Julio
San Fray Bartolomé de los
Mártires, nació en Lisboa, el 3 de mayo de 1514. Era el hijo de Domingos
Fernandes Correia y María y usaba el apellido del Valle, que era de un abuelo.
Sus padres eran profundamente
cristianos y le dieron una cuidadosa educación cristiana y digna en todos los
aspectos.
Él vino a abrazar la vocación
dominicana en el convento de S. Domingos de Lisboa, profesando el 20 de
noviembre de 1529. Al nombre que usaba añadió el apellido de “mártires” en
memoria de la iglesia en la que fue bautizado.
Se graduó en filosofía y
teología, ciencias que enseñó con notable éxito durante más de 20 años en
Évora, donde tuvo por alumno a D. Antonio Prior de Crato, en Batalha, en Salamanca
y en S. Domingos de Benfica. Dejó escrita una extensa obra de teología y
espiritualidad.
En 1558, al quedar
vacante la sede de Braga, la reina doña Catalina, propone como nuevo arzobispo
a su confesor, fray Luis de
Granada, este que era provincial de Portugal, renuncio a la mitra, a condición
de que como provincial obligara al dominico
fray Bartolomé de los Mártires a aceptar
el oficio.
Participó como Primado de las
Españas, en las etapas finales del Concilio de Trento (1562-1563), a donde
partió en 1561. Estuvo acompañado sólo por un teólogo, su secretario, un
capellán y el mínimo de familiares. En el Concilio se distinguió por su saber u
por su celo por la renovación de la Iglesia, y edificó a todos por su santidad.
La correspondencia del Concilio lo llamó "docto y religiosísimo Prelado',
'hombre de gran santidad y de religión" y San Carlos Borromeo, dijo que él
que lo tomó como ejemplo a imitar.
En los intervalos de las sesiones
Conciliares, fue a Roma, donde estuvo 17 días, visitando al Papa, en una visita
"ad limina". Volvió a Trento para ver la conclusión de los trabajos
conciliares. Se alegró con la feliz conclusión del Concilio y, en una carta de
despedida a San Carlos dijo que "sólo falta comprometernos con todas las
fuerzas para aplicarlo".
Aplicación del Concilio
Para llevar a efecto, dignamente,
la aplicación de las disposiciones del Concilio, convocó un sínodo diocesano en
su catedral, y luego un consejo de su provincia eclesiástica y la Archidiócesis.
Vida de Fr. Bartolome de los Martires sacada de la historia escrita por Fr. Luis de Granada y dedicada al Arzobispo de Granada |
Organizó inmediatamente la
fundación del Seminario Conciliar, venciendo la oposición del cabildo. Este fue
su programa pastoral realizado en Braga con celo y constancia heroica, superando
todas las dificultades. San Pío V, en una carta a D. Sebastián, en referencia a
las dificultades experimentadas por el santo, se declara muy apenado y afirma
que el arzobispo "por su destacada santidad merecía ser amado y
reverenciado". Sin embargo, con la renovación de la archidiócesis de
Braga, purificó el culto divino, dignificó y protegió el clero, fundando,
además del Seminario Conciliar, como ya mencionamos, otros centros de estudios
teológicos y pastorales, fomentó la educación y la instrucción de la juventud,
promovió la asistencia social, ayudando a las viudas y los huérfanos y la
distribuyó, libremente, para los pobres cuanto tenía, prefiriendo vivir en
extrema pobreza para tener más para dar, como Fray Luis de Sousa escribió en su
vida del Arzobispo .
Visitó más de una vez su archidiócesis. Encontró muchas parroquias
en estado lamentable, por la falta de cultura de los clérigos y la ignorancia
religiosa del pueblo, mandó traducir para uso de los sacerdotes, la Suma dos
casos, del cardenal Cayetano, y compuso él mismo, para los fieles, el Catecismo
de la Doctrina Cristiana, y un libro de Prácticas Espirituales.
Fundó el convento de S. Domingo,
en Viana do Castelo, destinado a promover los estudios eclesiásticos en ese
vasto territorio de la Arquidiócesis.
En el gobierno de la
archidiócesis, fray Bartolomé de los Mártires se mostró, como ya se ha
insinuado, como un pastor verdaderamente extraordinario de la Iglesia por su
amor y caridad a los pobres que ayudó durante la peste de 1570.
Ocupaba la sede de Braga, cuando
murió D. Enrique, el cardenal-rey, cuya muerte dejó abierta la cuestión de la
sucesión al trono de Portugal. Le era grata la candidatura de D. Antonio, Prior
de Crato, su amigo y su antiguo alumno. Se abstuvo, sin embargo, a tomar
partido, por no ver ninguna posibilidad de éxito.
La ciudad de Braga se amotinó a
favor del Prior de Crato. Para no verse involucrado en complicaciones de
asuntos que no eran de su oficio pastoral, se retiró a Tuy (Galicia), donde
cayó gravemente enfermo y sólo pudo regresar a la diócesis cuando ya reinaba D.
Felipe, con el título de Felipe I de Portugal y II de España. De regresó a
la diócesis, volviendo a las visitas pastorales. Fray Bartolomé, poco después,
pidió a Felipe II, la renuncia al Arzobispado, que fue aceptada.
Estaba en Viana cuando le
anunciaron que el Papa había designado nuevo Arzobispo para la sede de Braga.
Fray Bartolomé de los Mártires se recogió inmediatamente al convento de S.
Domingos de Viana, envejecido y cansado. Allí murió, como apóstol y santo, el
16 de julio de 1590. En el momento de la muerte los bracarenses pretendieron
llevarse a e Braga su cuerpo, pero los vieneses se opusieron incluso con las
armas.
En 1702 el arzobispo D. João de
Sousa, mandó organizar el proceso relativo a las virtudes heroicas y milagros
atribuidos a su intercesión. Concluyó con éxito en 1845, con la promulgación
del Decreto sobre la heroicidad de sus virtudes.
Fue beatificado por el Papa Juan
Pablo II el 4 de noviembre de 2002. En 2019 el Papa Francisco elevó su culto a toda la Iglesia, lo cual es una canonización equivalente. Su fiesta se celebra el 18 de julio.