Beato Guala de Brescia o de Bérgamo.
Predicador y Obispo, 3 de Septiembre
Martirologio Romano:
En el lugar de Astino, en Val
Camonica, de la región lombarda, beato Guala, de la Orden de Predicadores,
obispo de Brescia, quien luchó prudente y esforzadamente por la paz de la
Iglesia y el bien común, sufriendo el destierro en tiempo del emperador
Federico II. (c.1180 - 1244).
De origen alemán, aunque nació en Bérgamo. Hacia el
1219 ingresó en la Orden de Predicadores en Bolonia; era ya presbítero y
canónigo. Fue recibido por santo Domingo de Guzmán; éste lo envió a fundar el
convento de Brescia, donde fue prior; allí, en 1221, tuvo la visión de la
muerte de su fundador, de la que habló el beato Jordán de Sajonia, que vio
entrar el alma de santo Domingo en la gloria celeste. Al tener esta visión salió para Bolonia, llegando en el momento en que Santo Domingo fue sepultado.
Guala fue la luz no sólo
de sus cohermanos, si no también de los ciudadanos brescianos de los cuales fue
amado y venerado. Su más tierna solicitud fue para los pobres, pero también se
volcó por el bien de toda clase de personas.
Tanta virtud no pasó desapercibida y el pontífice Gregorio IX le confió
delicadas e importantes misiones. Desempeñó el cargo de Inquisidor de la
Fe; destacó en su desempeño con prudencia y celo apostólico. Luego fue legado
pontificio para conseguir la paz entre los pueblos de la Alta Italia. En este
trabajo de pacificación, que en aquel tiempo tuvo gran importancia el
apostolado de la Orden de Predicadores, Guala lo consiguió admirablemente.
Especialmente en la reconciliación del emperador Federico II con los lombardos.
En el 1228, el papa Gregorio IX lo nombró obispo de Brescia, que el aceptó sin
gran convicción, con una gran responsabilidad política como legado pontificio
en un ambiente plagado de herejías y divisiones. Estuvo en la disputa entre el
emperador Federico II y el papa Gregorio IX. Durante cinco años tuvo que estar
alejado de su ciudad, herida por las facciones. En su largo exilio fue huesped
de los vallumbrosanos, en Bérgamo, donde lloró, oró y estudió. Finalmente pudo
regresar a Brescia entre el júbilo de su grey, de los cuales fue un padre
amorosísimo y solícito pastor. Unió una profunda vida de oración con ferviente
actividad apostólica; fue muy solícito en socorrer a los pobres y consolar a
los afligidos. Puso la primera piedra de la iglesia de San Esteban de Bérgamo. Por sus simpatías hacia el emperador, en el 1242, tuvo
que dejar su diócesis, y se retiró al convento valumbrosano de Santo Sepulcro
de Astino donde murió. Sus reliquias se veneran en el monasterio dominicano de
la Matris Domini de Bérgamo. Por
sus virtudes, la feligresía inicia su culto, el cual es confirmado por el beato
Pío IX el 7 de febrero de1868.
Visión del Beato Guala Relieve del Sepulcro de Santo Domingo de Guzmán - Bolonia. |