La Madre Teresa Titos OP en doce frases

Al cumplirse el 14 de febrero de 2015 el centenario de la muerte de la Madre Teresa, en el camarín de la Virgen del Rosario de Granada, imagen de la que es camarera mayor la Madre General de la Congregación, se ha instalado una exposición con la vida y primeros pasos de la congregación.



Se han expuesto varias frases con pensamientos de la Madre Teresa que nos pueden ayudar en nuestra vida cristiana.




"Nuestra perfección consiste en hacer bien las obras ordinarias" 
Madre Teresa Titos Garzón OP

"El bolsillo de Dios es muy Grande y siempre está lleno" 
Madre Teresa Titos Garzón OP


"Ningún servicio prestado al projimo puede dispensarlas
 jamas de trabajar en su propia santificación"

Madre Teresa Titos Garzón OP


"La principal misión de la religiosa dominica es formar corazones
sólo para Dios,  todos los desvelos que pongan las religiosas
 serán pocos, dada la alta misión a que está llamada
 a desempeñar la mujer católica en la sociedad"


Madre Teresa Titos Garzón OP


"Al Señor que nos lo da todo no se puede dejar con hambre"
Madre Teresa Titos Garzón OP

"Nadie confió en el Señor y fue engañado"
Madre Teresa Titos Garzón OP

"¡Qué locas somos si no somos santas!
Aprovechad, y no desperdicies el tiempo"
Madre Teresa Titos Garzón OP


"Esta obra exige de parte de las maestras una fe ardiente,
un grande cuidado, mucho discernimiento y prudencia,
ciencia, una constante atención y un recurso continuo a Dios"

Madre Teresa Titos Garzón OP

"Cultiven el entendimiento de las niñas al gusto de lo verdadero
 y previniéndolo contra el contagio de los errores"

Madre Teresa Titos Garzón OP

"Nosotras somos las auxiliadoras de Dios.
Trabajem por estudias, corregir y perfeccionar
según las miras de Dios el corazón
 y el entendimiento de las niñas que estén a su cargo"

Madre Teresa Titos Garzón OP

"La religiosa que ama a Jesucristo ha de conocerse en todas sus obras,
palabras y pensamientos, como al que tiene padecida la garganta,
que todos tienen que notárselo"

Madre Teresa Titos Garzón OP

"Para el Señor no hay economías,
si es preciso nos empeñaremos"
Madre Teresa Titos Garzón OP 

Beato Jordán de Sajonia, 13 de Febrero




Beato Jordán de Sajonia O.P. nació en Dassel, Sajonia 1176 (al sur de Alemania) y muere en la costa de Siria en1237. Dominico y teólogo alemán, sucesor de Santo Domingo de Guzmán como Maestro General de la Orden de Predicadores, y gran propagador de los Padres Dominicos.

Jordán conoce en París a Santo Domingo de Guzmán, a quien gusta oír predicar y con el cual se entrevistó en dos oportunidades. Su encuentro con santo Domingo ocurrió en 1219, cuando el santo patriarca venía de España y se detuvo en París para visitar a los frailes del convento de Saint-Jacques, fundado después de la dispersión de 1217. Cuando Domingo llegó a París Jordán andaba aún buscando su camino y, como él mismo cuenta, se preguntaba con frecuencia ante Dios cuál sería el mejor medio para salvar su alma. La Providencia se sirvió de este paso de Domingo por París para abrirle horizontes nuevos por lo que se refiere a su vocación. 


La predicación del beato Reginaldo de Órleans le dio el último impulso para ingresar a la Orden de Predicadores. El Miércoles de Ceniza del año 1220 entró a la Comunidad de Santo Domingo.

El caso de Jordán de Sajonia es uno de los más impresionantes de la historia. Un hombre que entra a una comunidad y a los solos tres años de estar de religioso reemplaza al santo Fundador y llega a ser Superior General de toda la Comunidad.

En 1220 participa en el primer capítulo general de la Orden, celebrado en Bolonia donde se le encomienda la enseñanza de la Sagrada Escritura a los frailes de París. 

Posteriormente le confían el gobierno de la provincia dominicana de Lombardía. Habiendo muerto Santo Domingo de Guzmán, se reune en París el Capítulo General, siendo elegido Maestro de la Orden, cuando sólo contaba con 32 años de edad. Era la primera vez que se procedía a la elección de un Maestro de la Orden. Desde esta elección su vida se convirtió en una incesante peregrinación por Europa. Y en este cargo dura 15 años, hasta su muerte en 1237. 

Santo Domingo tiene el honor de haber sido el fundador de la Comunidad de Padres Dominicos, pero Jordán de Sajonia fue el gran propagador de esta comunidad. Basta con recordar que durante su mandato se fundaron 249 Casas de Congregación y se hicieron seis nuevas provincias de religiosos.

Jordán sobresalía por su gran elocuencia y por la eficacia maravillosa de su palabra para conmover los corazones de los creyentes.

Dicen que Jordán de Sajonia es el Patrono de los Capellanes de Universidades, porque este santo sacerdote recibió de Dios unas cualidades admirables para lograr ejercer influencia entre los universitarios. Por nueve años había estudiado en la famosa Universidad de La Sorbona en París, y allí aprendió muchas técnicas para lograr influir en favor de los estudiantes. Su gran preocupación fue siempre lograr hacer mejores a los que estudiaban en las Universidades. Un año predicaba la cuaresma en la Universidad de París y al año siguiente en la concurridísima Universidad de Bolonia y al tercer año se dirigía a predicar a la Universidad de Oxford, en Inglaterra, y en todas partes los frutos espirituales que cosechaba eran admirables. En la Universidad de Alemania conquistó para su comunidad al más grande sabio en ciencias naturales de su época, a San Alberto Magno. Y conquistó también a Pedro de Tarantasia, que llegó a ser después el Pontífice Inocencio Quinto. Un famoso profesor de universidad previno a sus alumnos para que no se dejaran convencer por los discursos de Jordán, pero al oírle uno de sus elocuentes sermones, se convirtió él también en uno de sus más fervientes admiradores.

Uno de los antiguos biógrafos, compañero suyo, dice: "Las casas religiosas donde habitaba el Padre Jordán parecían colmenas, por los muchos jóvenes que entraban a hacerse religiosos, y por los muchos que de allí salían para ser superiores de otras casas religiosas. Por eso él al llegar a un convento mandaba hacer muchos hábitos religiosos, teniendo confianza en que Dios le enviaría muy numerosas vocaciones, y así le sucedía en todas partes".

El Padre Jordán no sólo se iba a las universidades a conseguir jóvenes muy bien instruidos, para que se hicieran religiosos, sino que también se iba a los campos y a los barrios obreros a invitar muchachos sanos, aunque fueran ignorantes, a que entraran en la comunidad. Y esto le valió la acusación de que él recibía a gentes que no le iban a dar gloria a su Congregación. Y sucedió una vez que recibió a unos 60 muchachos tan poco estudiados que casi no eran capaces ni de leer los salmos en la oración de la comunidad. Y a quienes lo criticaban por recibir esta clase de gentes, les respondió con unas palabras que resultaron ser una profecía o anuncio de lo que iba a suceder en el futuro: "Ténganles paciencia por ahora y concédanles tiempo para instruirse poco a poco, que un día se convertirán en grandes predicadores". Y esto se cumplió exactamente varios años después.

Cuando Dios le confía a una persona un oficio especial, le concede las cualidades que para ese oficio necesita. Y al Padre Jordán le confió Dios el oficio de conseguir muchísimas vocaciones para la vida religiosa, y por eso le concedió unas cualidades admirables. Recordemos algunas:

El Padre Jordán tenía unas cualidades que excedían a las que posee el común de las gentes. Dicen los que vivieron junto a él que la austeridad en el dominio de su lengua, de sus ojos y de la gula era algo impresionante, pero que sobre todo llamaba la atención el modo heroico como dominaba su ira para no ofender a nadie ni amargar la vida a ninguno.

Y no es que no fuera valiente. Cuando el emperador Federico II empezó a atacar ferozmente al Sumo Pontífice y a la religión, el Padre Jordán se fue al palacio y le dijo frente a frente al Emperador que ésta conducta era reprensible y que si no cambiaba de modo de proceder le llegarían desgracias muy grandes.

Pero con los pequeños sabía hacerse pequeño y con los débiles era extraordinariamente comprensivo. El tenía por cierto lo que más tarde afirmará y repetirá San Francisco de Sales, que "más moscas se logran cazar con una cuchara de dulce miel que un barril de amarga hiel".

Sus contemporáneos alababan mucho "las dotes de buen amigo" que poseía el Padre Jordán. Comprensivo, lleno de caridad, con deseos continuos de amoldarse a los demás para poder hacerles mayor bien. El mismo lo dice en uno de sus escritos: "Siempre me esforcé por tratar de estar de acuerdo con los demás en todo lo bueno y por tratar de no chocar contra nadie. Quise colocarme en el sitio de los otros para poder comprenderlos mejor. Nunca preferí mis propios gustos en contraposición de los de los demás. Con los soldados traté de amoldarme a ellos como si yo fuera un soldado. Con los campesinos como si fuera un campesino. Y sobre todo me propuse ser extremadamente comprensivo con los que sufren tentaciones, angustias y depresiones".

El Padre Jordán, aprovechando que Dios le había concedido tal eficacia de la palabra que dondequiera que predicaba o hablaba la gente, conseguía vocaciones, fue recorriendo ciudades y países predicando y consiguiendo que muchísimos jóvenes entraran de religiosos. El Señor le concedió la inmensa alegría de que el fundador de la Comunidad, Domingo de Guzmán, fuera declarado santo por el Sumo Pontífice en 1234. Con esta bella noticia ya Jordán podía irse al cielo tranquilo. Y dispuso viajar a Jerusalén para visitar los Santos Lugares donde vivió y murió Nuestro Señor Jesucristo, y para visitar a los Padres Dominicos que trabajaban en esas tierras.

Pero en el viaje de regreso, el barco que lo transportaba fue lanzado por una violenta tempestad a las costas de Siria, frente a la ciudad de Tolemaida y Fray Jordán y los demás pasajeros murieron ahogados. Era el 13 de febrero del año 1237.

Las olas llevaron a las orillas del mar el cadáver del Padre Jordán y sus religiosos lo sepultaron con toda solemnidad. Después las gentes empezaron a conseguir milagros por su intercesión, siendo venerado como santo sin ser canonizado y el papa León XII confirmó su culto el 10 de mayo de 1826.

Padre Jordán: Gran promotor de vocaciones: recuérdanos siempre aquella frase de un gran Pontífice: "Las vocaciones existen. Lo que hay que hacer es cultivarlas."


Beato Reginaldo de Orleans, 12 de febrero


Reginaldo fue el primero de los dominicos que pasó a mejor vida, después de santo Domingo, y a quien la Iglesia propuso a la veneración de los fieles. El beato vivió muy poco tiempo en religión. La tradición afirma que fue a él y no a santo Domingo a quien la Santísima Virgen se apareció y reveló su deseo de que los dominicos cambiasen la sobrepelliz de canónigos por el escapulario de lana blanca.


Reginaldo nació en 1183, en Saint-Gilles del Languedoc, no lejos de Arles. Fue, al parecer, un joven muy dotado, puesto que antes de ser nombrado deán del capítulo colegial de Saint-Aignan en Orléans, en 1212, había enseñado el derecho canónico en la Universidad de París, de 1206 a 1211. En 1218, fue a Roma con vistas a viajar luego a Tierra Santa. En la ciudad eterna se encontró con el cardenal Hugolino (futuro Gregorio IX) y por su medio entró en contacto con santo Domingo. Quedó extraordinariamente impresionado del mensaje de pobreza evangélica y de la fuerza apostólica de la obra de Domingo, tan acorde con las peticiones del concilio Lateranense IV (1215) y tan en desacuerdo con su vida fácil y su actividad administrativa. Pero en Roma cayó enfermo y estuvo en gran peligro de muerte. Fue visitado por santo Domingo que lo invitó a seguir a Jesús y a entrar en la Orden. Después, su milagrosa curación y la visión de la Virgen, «que le mostró el hábito completo de la Orden», vencieron toda resistencia y Reginaldo prometió abrazar la vida dominicana.

Llegó a tener tanta confianza en él Santo Domingo, que le nombró su vicario en Bolinia, cuando se ausentó a España. En el mismo año de 1218, Reginaldo fue a Bolonia y trasladó la comunidad a S. Nicolás de las Viñas y donde atrajo a la Orden numerosos profesores y estudiantes de la universidad. 

En 1219 el Fundador le da una nueva misión: consolidar la fundación del convento de París. También allí su presencia resultó definitiva para el incremento de las vocaciones. Pero pocas semanas después de su llegada muere hacia el 12 de febrero de 1220. La noticia dejó desolado a santo Domingo, pero fue de consuelo saber que Reginaldo murió repitiendo su alegría por haber abrazado la pobreza le los apóstoles. A quien le preguntó si le resultaba difícil a vida dominicana, respondió humildemente: «Creo que no tengo mérito alguno viviendo en esta Orden pues me he encontrado siempre estando en ella extraordinariamente a gusto». Reginaldo fue sepultado en París en el cementerio de los benedictinos de Notre-Dame-des Champs. Su culto inmemorial fue confirmado por Pío IX el 8 de julio de 1875.

Nuestra información sobre el Beato Reginaldo proviene de las crónicas primitivas de la Orden de Santo Domingo, como por ejemplo, la Vitae Fratrum de Gerardo de Frachet y el Liber Epilogorum de Bartolomé de Trento. Entre las obras modernas, citaremos las de E. C. Bayonne, T.A. Karr y A. Gardiel. Ver también Mortimer, Maitres Géneraux O.P., vol. I pp. 96-100 y 118-119, y Taurisano, Catalogus Hagiographicus O.P., p. 8